Muchos hablan de él. La mayoría lo anhelan y desearían fundirse en sus brazos eternamente. Otros lo ven pasar de reojo pero no se atreven a mirarlo a la cara porque sus ojos imponen, rasgan, hieren. Los hay que desisten porque piensan que resulta inaccesible y los hay que lo poseen desmerecidamente porque cometen abusos o hacen mal uso de él. A mi me gustaría conocerle personalmente y por si las moscas, tratarle de usted. Porque lo cierto es que el “señor prestigio” es muy escurridizo y no tiende la mano a cualquiera.
En sus dos primeras acepciones, el Diccionario de la Real Académica Española de la Lengua (DRAE) lo define como realce, estimación y renombre o influencia y notoriedad. Es ésta una cuestión que siempre me ha obsesionado y de la que existen muy dispares opiniones. “Yo quiero estudiar una carrera de prestigio”, te dicen ahora los chavales. Y yo me quedo perpleja porque nos estamos equivocando. Y mucho, con ese planteamiento. No comprendo la desmesurada fama de las carreras tradicionales por excelencia, como son la Medicina, el Derecho y las Ingenierías en detrimento de otras profesiones, como las derivadas de la rama humanística, tan marginada actualmente (Ciencias Políticas, Historia, Sociología, Literatura, Trabajo Social…). En la sociedad hacen falta profesionales cualificados en todos los sectores y no creo sinceramente que la solución sea marcar el corte por la cuestión del tan codiciado prestigio. Nos tienen que mover otros valores a la hora de elegir una carrera, de entre los cuales destacaría la vocación, la motivación, el compromiso social y la autorrealización. Pero yo entiendo que, sin la identidad personal formada, la decisión de unos estudios superiores resulta bastante complicada, más cuando las falsas creencias y el exacerbado capitalismo no nos dejan pensar con la suficiente claridad.
Volviendo al hilo de la cuestión, el otro día entré por casualidad en un foro de estudiantes universitarios en el que se realizaba una encuesta sobre las carreras que se creía gozaban de un mayor prestigio social. Medicina, Arquitectura, Ingenierías, Derecho y Economía fueron, por este orden, los estudios más votados. Quisiera una argumentación convincente. Y los jóvenes de 17 años no creo que la tengan. Podríamos preguntarle a ese arquitecto que, afectado por la recesión económica, se ha visto obligado a cambiar el diseño de casas por la burocracia del papeleo, a esos ingenieros recién titulados cómo viven su entrada en una nueva empresa, con un salario de 900 euros al mes y trabajando entre nueve y diez horas diarias. O a esos miles de Licenciados en Derecho que engrosan las listas del paro desde hace tiempo y que se sumergen en el mundo de las oposiciones para intentar aferrarse a una plaza de funcionario que lleve su nombre.
El prestigio no va unido indisolublemente a un estudio u otro. Influyen otros factores como la personalidad de superación del individuo, una formación complementaria que se ajuste al perfil demandado, los idiomas, el contexto económico-social y sus circunstancias, las posibilidades reales de ascenso en el mercado laboral, el preciado factor suerte o por qué no, los contactos de los que nadie quiere hablar pero que tanto ayudan al privilegiado que los posee. Las piezas del puzzle encajan, ahora sí, para comprender que el “señor prestigio” es un caballero muy ocupado que en demasiadas ocasiones se olvida de su esencia y se dedica a cortejar a niños de papá que, vaya casualidad, no tendrán los estudios requeridos para uno u otro puesto (en muchos casos ni siquiera tienen estudios) pero que consiguen su trono en la empresa familiar. ¡Cuánto prestigio! Y ese es un ejemplo de muchos. Economistas, abogados, arquitectos, empresarios, estudiantes… Muchos hablan de él. Y a mi… me gustaría conocerle personalmente. Y, por si las moscas, tratarle de usted.
Bienvenida al mundillo del blog. Mis mejores deseos para tu aventura ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Yo creo que ya no se lleva tanto eso del prestigio, que ahora hasta los ministros se quitan la corbata y los ingenieros abordan gustosos y agradecidos un trabajo en el sector servicios.
ResponderEliminarPara mi el prestigio lo tiene la conformidad, hagamos lo que hagamos.
No sé Froi, tu puedes estar conformado en tu trabajo o tu quehacer y el "señor prestigio" puede acampar a tu lado. No creo que sea incompatible una cosa con la otra. (me he liado mucho? jajaja)
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con Esther, sobre todo yo y a lo que me dedico, ya más desprestigiado ...
Besets.
Por cierto Esther, si te parece bien, te incluyo en mis "mundos amigos".
ResponderEliminarUn besote.
laMar y Edda, gracias por la bienvenida. Me parece bien lo de incluirme en mis "mundos amigos" jajaja Un abrazo para las dos
ResponderEliminarSigo a tu lado niña..
ResponderEliminarQuise dejarte un comentario en tu primera entrada y desearte mucha suerte ..
Pienso que el prestigio lo adquiere uno mismo ganándose el respeto, la confianza y admiración de las personas que te rodean.
Un besote de bello amanecer.. muakksssss
Hola Esther,
ResponderEliminarSe ha publicado en el Blog de la Subde un enlace a tu blog, nos ha gustado mucho, escribes de maravilla, recuerdos y que te vaya todo muy bien, te lo mereces, Pablo, Susana y Amaia
Muchas gracias Balovega, ya me hice tu seguidora así que estaremos en contacto. Un abrazo muy fuerte...
ResponderEliminarPablo, Susana y Amaia, me ha hecho mucha ilusión que se haya unido mi blog al de la Subde, así podreís seguir mis escritos desde allí. Muchas gracias por todo, chicos. Un abrazo para todos.
ResponderEliminarHola Ester buenos días...
ResponderEliminarEntramos en la semana de navidad...
Que tengas a partir de ahora, los mejores momentos, las mejores fiestas, todo lo mejor te deseo junto a los tuyos... miles de besotes niña.. muakkssssss
pero que chica mas bien hablada por dios jaajaj
ResponderEliminaray ermanita postiza cuanta razon tienes!
un besitoooo
¡Cómo domino el lenguaje! Si es que... jajaja Me alegro que una persona de 17 años me de la razón (bueno,Amaia también). Por cierto, ¿qué tal con el traje de arrantzale? Ya me contarás...
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