28 diciembre 2011

¡Adelante!

   Adelante, siempre adelante. Aunque nos asalte el miedo interior, aunque nos tiemblen las piernas. Concentrados en una meta, esperando poder alcanzarla. Con nuestros conocimientos aferrados a los dedos, con el optimismo bordeando los labios, con la paz que reporta lo ya conseguido confundido entre la piel y los huesos. Nuestros sueños se ven lejos pero en el fondo están tan cerca cómo queramos sentirlos. Es sólo cuestión de atravesar esa alfombra acolchada que no es más que el tiempo cargado de minutos, de esperanza, de lucha. 

   La guerra ha comenzado, nos veremos en una u otra batalla, con la espada siempre desenvainada. Las trampas y la desesperación que nos cegarán serán las heridas que sangrarán y fortalecerán los anhelos que nunca mueren y que, tarde o temprano, formarán parte de la victoria final. Adelante, a pesar de las mentiras, de las críticas y los temores infravalorados, a pesar de las ausencias y los devastadores sacrificios. No miremos atrás, que la batalla del aquí y del ahora es la más importante. No nos sabemos el camino, son infinidad de desviaciones. En cada entrada hay un letrero. Probablemente haya tantos como personas. Yo sigo para adelante, amigo. No tengo título aún para mi camino pero sé que soy su única protagonista. Y eso me vale, porque miro al futuro haciendo ruido en mi presente. Voy adelante, siempre adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario