Vuela libre, sin miedo, sin restricciones. Yo garantizo tu vuelo, me convierto en esclava de tus deseos y en guardián más fiel de tus anhelos. No hay nada que te retenga aquí, no hay prisiones ni cadenas, ni recuerdos dolorosos, ni miedos que impidan batir las alas. No mires atrás, no te lleves nada, todo es accesorio. Conservaré tu esencia en el aire, proclamaré al viento tus verdades y tus logros, pero no vuelvas la vista. Serás diosa entre rascacielos, vivirás al margen del sufrimiento y de los delirios humanos, conocerás el placer más arrebatador, el éxito más célebre, el mar más infinito.
No detengas tu vuelo y procura mantenerte siempre entre cielo abierto porque entre la maleza y las malas hierbas puedes herir fatalmente tus alas. Confía en mis palabras, en la fe que he depositado en tus ojos luminosos, en el amor que te profeso y que guiará tu camino. No importa lo lejos que vayas o lo cerca que creas sentirme. Reposa lo necesario para recuperar fuerzas y sigue volando. El pasado se difuminará con las amapolas y el futuro te estará esperando en el rocío de la mañana. Todo muere para renacer de nuevo. Tus colores brillarán cuando el tiempo amaine y finalice la tormenta. Mis besos te llevas bajo las alas, no los regales al viento ni los pierdas entre las rosas silvestres. Acarícialos cuando te sientas sola. Es tu momento, es tu cielo, es tu gloria. No mires atrás. Nada queda que merezca la pena, nada que te impida emprender el vuelo. Nadie que te eche de menos en sus tardes. Nadie… excepto yo.
No detengas tu vuelo y procura mantenerte siempre entre cielo abierto porque entre la maleza y las malas hierbas puedes herir fatalmente tus alas. Confía en mis palabras, en la fe que he depositado en tus ojos luminosos, en el amor que te profeso y que guiará tu camino. No importa lo lejos que vayas o lo cerca que creas sentirme. Reposa lo necesario para recuperar fuerzas y sigue volando. El pasado se difuminará con las amapolas y el futuro te estará esperando en el rocío de la mañana. Todo muere para renacer de nuevo. Tus colores brillarán cuando el tiempo amaine y finalice la tormenta. Mis besos te llevas bajo las alas, no los regales al viento ni los pierdas entre las rosas silvestres. Acarícialos cuando te sientas sola. Es tu momento, es tu cielo, es tu gloria. No mires atrás. Nada queda que merezca la pena, nada que te impida emprender el vuelo. Nadie que te eche de menos en sus tardes. Nadie… excepto yo.
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