Los libros de estilo son las normas propias de cada medio de comunicación, es decir, las pautas a seguir en las publicaciones diarias. Su existencia normaliza el trabajo del periodista y establece un estilo que se mantiene en los diferentes textos que se publican en el medio respectivo. Esto no significa que dicho manual elimine la creatividad y la libertad de los comunicadores en lo referente a la creación de sus trabajos. El estilo es una manera de escribir, una forma peculiar de ejecutar un texto periodístico. Los profesionales en este campo gozan de un estilo libre y personal siendo el libro de estilo una especie de orientación que les permite conocer sus limitaciones a la hora de presentar al lector sus textos, así como documentarse sobre que situaciones y qué tipo de libertad se puede tener en las aplicaciones.
Un libro de estilo debe ser considerado como un manual de referencia que contiene una serie de principios útiles para el profesional, orientados a facilitar la construcción de informaciones periodísticas. Contiene un conjunto de normas prácticas de obligado cumplimiento para todos los cargos del periódico, los redactores y colaboradores, creadas por el propio medio para regular la actividad periodística en cada publicación y homogenizar el producto informativo, así como impedir la aparición de errores en las páginas de los periódicos, o, en su defecto, ayudar a mitigarlos. Recoge la política editorial, la responsabilidad profesional, el trabajo con las fuentes de información y el tratamiento de la información y la publicidad.
Después de quedar suspendida la obligatoriedad del epítome y el compendio de la RAE, los medios de comunicación se quedaron sin modelos de referencia y, ante este vacío del uso español dejado por la Academia, nacieron los manuales de estilo de los medios, convertidos con el paso del tiempo en modelo para el hablante medio español. Dichos libros se han ido modificando a lo largo de los años, debido a la constante evolución lingüística. La lengua no es algo estático. Un idioma evoluciona continuamente, hecho que hace necesario la ampliación de las ediciones de los libros de estilo ya publicadas.
Si bien es cierto que no todos los medios cuentan con un libro de estilo, el periódico que lo crea pretende establecer un símbolo de identidad, una garantía de transparencia con respecto a los lectores. A través de su manual muestra unas características personales sobre la forma de llevar a cabo sus publicaciones, una forma interna de trabajar que le define y le diferencia de los otros medios. Se puede decir que detrás de cada libro de estilo se esconde la personalidad del periódico que lo ha creado, así como un compromiso de credibilidad y profesionalidad con los asiduos clientes de sus publicaciones. El libro de estilo constituye una peculiar forma de hacer partícipe al lector de los principios y normas fundamentales que rigen un estilo propio de hacer periodismo y presentar textos informativos al público masivo.
Por lo que respecta a su intención, un libro de estilo tiene como máximo objetivo conseguir homogeneizar el lenguaje, hacer uso de un español lo más correctamente posible, que no difiera de un autor a otro. Se presenta como una guía que ayuda al periodista a resolver sus dudas: le informa sobre cuáles son los usos comunes del idioma español, aquellos que están prestigiados socialmente. Es una herramienta indispensable para aquellos que, sin ser profesionales de la documentación, necesitan crear textos destinados al público (...).
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