Siento que he perdido la partida. El peso de la conciencia abruma y devuelve las heridas, los sueños no realizados, las promesas malgastadas, el eco de una voz sabia a la que no hice caso. Cada movimiento en el tablero es un error de cálculo, una ficha de inmadurez, un paso equivocado. La locura de lo que llaman juventud no logra vencer a la sensatez dormida. Blanco o negro, qué más da, si nunca he sabido jugar. He sido una chica difícil que siempre se ha dejado llevar por sus pasiones y el ajedrez requiere raciocinio y estrategia. Y he pedido perdón pero no he conseguido persuadir a la veterana dama que me mira a los ojos, se burla de mi falta de técnica y derroca a mi rey. Es lo que tiene el peso de la conciencia, un jaque mate para el arrepentimiento y la recapacitación. Un jaque mate directo al corazón. Menos mal que sigo creyendo en mi misma y en mis posibilidades. Menos mal que siempre hay tiempo para otra partida.
ESTHER DE LÓZAR CUEVAS
Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!
"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)
"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)
"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)
"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)
"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)
Jaque mate
Yo sólo quería encontrar mi sitio, reivindicarme, vivir mi juventud sin remordimientos ni penas. Dar sentido a mis actos, a las mentiras que encuentran su sitio en el diván de la memoria y allí deciden anidar, impasibles, imborrables pero sin luz, en lacerante estado de coma. No tenía la menor intención de conservar absolutamente nada de lo que estaba viviendo. Sólo quería disfrutar de aquellos momentos. Los vacíos también cuentan y hasta los secretos. Mi mundo particular crecía y moría con mis sentimientos, con una adversidad con la que no conté y que supo jugar muy bien sus cartas, con los silencios de quienes consideraba mi apoyo, con la traición de algún amigo. Rebeldía y castigo, daño gratuito y una tardía reflexión.
Siento que he perdido la partida. El peso de la conciencia abruma y devuelve las heridas, los sueños no realizados, las promesas malgastadas, el eco de una voz sabia a la que no hice caso. Cada movimiento en el tablero es un error de cálculo, una ficha de inmadurez, un paso equivocado. La locura de lo que llaman juventud no logra vencer a la sensatez dormida. Blanco o negro, qué más da, si nunca he sabido jugar. He sido una chica difícil que siempre se ha dejado llevar por sus pasiones y el ajedrez requiere raciocinio y estrategia. Y he pedido perdón pero no he conseguido persuadir a la veterana dama que me mira a los ojos, se burla de mi falta de técnica y derroca a mi rey. Es lo que tiene el peso de la conciencia, un jaque mate para el arrepentimiento y la recapacitación. Un jaque mate directo al corazón. Menos mal que sigo creyendo en mi misma y en mis posibilidades. Menos mal que siempre hay tiempo para otra partida.
Siento que he perdido la partida. El peso de la conciencia abruma y devuelve las heridas, los sueños no realizados, las promesas malgastadas, el eco de una voz sabia a la que no hice caso. Cada movimiento en el tablero es un error de cálculo, una ficha de inmadurez, un paso equivocado. La locura de lo que llaman juventud no logra vencer a la sensatez dormida. Blanco o negro, qué más da, si nunca he sabido jugar. He sido una chica difícil que siempre se ha dejado llevar por sus pasiones y el ajedrez requiere raciocinio y estrategia. Y he pedido perdón pero no he conseguido persuadir a la veterana dama que me mira a los ojos, se burla de mi falta de técnica y derroca a mi rey. Es lo que tiene el peso de la conciencia, un jaque mate para el arrepentimiento y la recapacitación. Un jaque mate directo al corazón. Menos mal que sigo creyendo en mi misma y en mis posibilidades. Menos mal que siempre hay tiempo para otra partida.
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2 comentarios:
Es un relato que sale puro del corazón. Tiene tanta fuerza por que cada palabra llevaba mucho tiempo contenida dentro de ti, a la espera de salir y cuando lo hace sale con tal fuerza que al igual que la ríada, barre con el sentimiento y se lleva todo a su paso. El relato es maravilloso me ha encantado. En cuanto a la filosofía del mismo: Recuerda cuándo todo esto haya pasado que lo bonito del ajedrez, al igual que de la vida, no es el destino, no es el desenlace, ni siquiera jugar bien, sino disfrutar plenamente de quien eres y una vez que lo asimiles, lo hagas consciente, y lo tengas en cuenta cada día, con una amplia sonrísa. Un abrazo y enhorabuena por escribir así de bien!!
Creo que todos nos podemos sentir identificados con el relato, todos hemos cometido errores pasados y hemos tenido que vivir con ellos. A pesar de que siempre me centro en la adolescencia (quizá por ser una etapa rabiosa del ser humano y porque me apasiona), en realidad bien puedo estar describiéndome a mi misma con 27 años o a adultos que siguen perdiendo la partida pero a los que siempre les quedará otra oportunidad. Chema, gracias. No me importa tanto el que me lean una vez como el que vuelvan al blog después de haberlo hecho. Un abrazo enorme.
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