ESTHER DE LÓZAR CUEVAS

Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!

"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)

"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)

"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)

"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)

"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)

Destino, el sur de Lanzarote

Puerto Playa Blanca

Esta semana quisiera dedicar varios artículos para hablar de la isla de Lanzarote en la cual he pasado una semana de vacaciones junto a mi pareja. Los viajes, al igual que prácticamente todos mis actos, están previamente programados. Eso quiere decir que antes de coger el avión yo ya iba informada sobre la isla, sus costumbres y los enclaves turísticos por excelencia. Tenía claro las excursiones que quería realizar y las zonas que deseaba ver. La aventura no va conmigo. Prefiero planear e ir documentada, que no me pille la sorpresa. Lanzarote es una tierra cálida y hermosa, con sus palmeras, sus cactus, sus playas y sus habitantes, los conejeros.
Playa Flamingo
Tras cotejar diversas opiniones, decidí optar por el sur como destino, la zona de Playa Blanca. Todo era como de otro mundo, las casas pequeñas y pintadas de blanco y verde, las flores decorando cada rincón, un sol que invita al baño, unas playas dignas de postal. Me encantó la calle peatonal de Limones, con tantos puestos de venta y tanto colorido, una zona comercial repleta de ropa, perfumerías y otros establecimientos destinados al turista. También se puede disfrutar del mercadillo de Marina Rubicón los miércoles y sábados a la mañana. Al lado está el puerto de Playa Blanca, con sus barquitos varados y el ferry que conduce a otras islas. La zona es muy tranquila, al igual que sus habitantes. Es cierto que en ocasiones te sientes como un extranjero porque los visitantes predominantes son alemanes e ingleses, las calles están repletas de ellos.
Playas Papagayo (Playa Mujeres)
Playas Papagayo (Playa del Pozo)
La playa más cercana a mi hotel era Playa Flamingo, artificial y de arena fina y blanca, sin oleaje y de forma ovalada, protegida por dos macizos de piedra (rompeolas) y acompañada de diferentes bares y restaurantes. Pero las playas que sin duda despiertan más expectación y a las cuales no podía dejar de ir son las Playas de Papagayo, un conjunto de cuatro playas de arena dorada ubicadas en el parque natural de los Ajaches (en el extremo meridional de la isla). 

Timanfaya
Otra visita inolvidable fue la que realicé al Parque Nacional de Timanfaya, al sudoeste de la isla. Allí pude apreciar de cerca sus volcanes más famosos, como Montaña de Fuego, la Caldera del Corazoncillo o la Montaña Rajada. El nacimiento del parque tuvo lugar a partir de sus primeras erupciones volcánicas, en el año 1730 (proceso que duró seis años) y que destruyó todo vestigio de vida. Las coladas lávicas extendidas por la costa aumentaron la superficie de Lanzarote y en 1824 tuvieron lugar las últimas erupciones con terremotos, iniciadas cerca del islote Hilario. 
Timanfaya
Se le conoce como el valle de la tranquilidad porque el silencio forma parte del paisaje volcánico en un hábitat sin presencia humana pero rodeada de una gran diversidad biológica (180 especies de vegetales distintos). Durante el trayecto en la guagua se puede observar con asombro el magma basáltico endurecido y los líquenes tapizando las rocas en un territorio cuyas temperaturas están próximas a los 600ºC. Junto a la variedad de fenómenos geológicos, se puede disfrutar de las demostraciones en persona de la magnitud del calor de la zona y de una cena barbacoa al calor del volcán amenizada por un trío canario en vivo en el restaurante El Diablo (no hay fogones, se aprovecha el calor que emana de la propia tierra para cocinar los platos típicos de Canarias).
            Ahora que menciono la comida típica de allí no puedo terminar el artículo sin mencionar lo ricas que estaban las papas con mojo picón, el sabor de sus tomates o la dulzura de los plátanos fritos con miel. Ahora ya sé que la expresión “estar aplatanado” procede de las Islas Canarias, que allí al autobús se le llama “guagua” y que a un niño se le dice cariñosamente “chinijo”. Otra de las palabras autóctonas es la de “tamaragua”, perteneciente al lenguaje guanche y que quiere decir “buenos días”.  Que todo quede en mi retina, que conserve la belleza de sus playas, de sus jardines, de la calidez de un sol que nunca parece cansado de iluminar ese pedazo de tierra. Así he vivido yo Lanzarote o llamémosle paraíso de fuego y mar.
           A continuación muestro en fotografías mi paso por la isla a través de ilusiones ópticas, flores con un encanto canario que enamora y momentos divertidos, en fin, lo que nos llevamos, lo que forma parte de la experiencia. Para no olvidar que recordar es volver a vivir. 

              Fotografías: Raúl Román
Enanita en Playa Flamingo




Viendo la vista desde playa Flamingo




En dunas de Corralejo (Fuerteventura)
En Jameos del Agua
Con un delfín varado, en playa Flamingo
En la Casa de los Volcanes
En las vistas de playas Papagayo
El Cactus y yo, en el Jardín del Cactus
Otra hermosa flor en paseo hacia el puerto

Jugando con el sol, Playa de Mujeres (Papagayo)


Dejando huella en Playa del Pozo (Papagayo)
Una enamorada de las flores

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Último día, beso de despedida al sol           









1 comentario:

Balovega dijo...

Hola..

Preciosas fotografías, estas muy bonita... eres una buena guía turística..

Besotes de bella semana

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