ESTHER DE LÓZAR CUEVAS

Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!

"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)

"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)

"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)

"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)

"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)

El feminismo y la política (I)

   Nuestra concepción actual de lo que es político proviene del esfuerzo polémico de las pensadoras feministas que rompieron estrechos márgenes de lo que el término política significaba en el pasado. Cuando Aristóteles escribe su Política distingue dos ámbitos: el político, que afecta a las decisiones comunes que se toman tras deliberación y mayoría y que afectan a la comunidad completa y la oikonomía, de la que se deriva nuestra palabra economía y que primitivamente significaba la autoridad de cada jefe de familia en su casa. Cuando en la Ilustración la democracia volvió a presentarse en el horizonte de la política posible, Rousseau siguió separando claramente estos dos términos; la política, al igual que la racionalidad, el valor y el carácter, pertenece a los varones. Sin embargo, en el siglo XX y más concretamente durante los años 60, surge un lema que acompañará al feminismo de esa época: lo personal es político.

   Sobre todo durante la Ilustración las vindicaciones de igualdad entre los sexos se hicieron más fuertes y, sin embargo, cuando las primeras políticas que restringieron la capacidad de ciudadanía al voto fueron puestas en ejercicio, el colectivo completo de las mujeres quedó fuera. Desde entonces, el feminismo como tradición política se reformuló como el movimiento que vindicaba la categoría de ciudadanía. Autores diversos afirmaban que la desigualdad que mantenían las mujeres con los varones no tenía origen político sino natural y que por tanto, no podía tener soluciones políticas. El naturalismo sería criticado por el sufragismo y durante la segunda ola de vindicación feminista que se despertó en Europa y en América del Norte a mediados del siglo XIX, las feministas argumentaban igualdad en la detentación de la ciudadanía y sus derechos. Fijaron su objetivo en el derecho al voto, que consideraron clave para cualquier transformación. 

   Los hombres y las mujeres han tenido, históricamente, una relación diferenciada con la política: mientras ellos han jugado un papel casi exclusivo en el debate y en los espacios de decisión política, ellas han tenido un papel marginal en los mismos. Hoy esta distinta relación se traduce en diferentes maneras de vincularse a la política, tanto en lo referente al comportamiento electoral y la participación, como en lo que se refiere a los sentimientos y actitudes hacia la política.

   El conocimiento de la situación actual de distanciamiento entre las mujeres y la política es importante dado que puede orientar políticas públicas en dos ámbitos diferentes. En primer lugar, la erradicación de los obstáculos socioeconómicos y culturales que alejan a las mujeres de la política y dificultan su participación. Por otro lado, la modificación de los elementos propios de la política que hacen que las mujeres se sientan ajenas a ésta, y que la perciban de forma desvinculada a sus valores a la participación sociopolítica que llevan a cabo. 

   ¿Qué significa el lema “lo personal es político”?

   La diferencia empieza con lo biológico, pero no está limitada por las características biológicas. Se trata más bien del género, distribución de los bienes y de las oportunidades. La diferencia denuncia cualquier división injustificada e injusta. La mayoría de las tradiciones han apartado a las mujeres del escenario apropiado para terminar con la desigualdad, la esfera pública, asignándoles el espacio de la viada privada como dominio o “habitación” propia.

   La crítica feminista, al igual que otras corrientes, reclama abiertamente una reconstrucción del pensamiento político, para que las necesidades de la vida cotidiana sean tenidas en cuenta por parte de las instituciones y por parte de la Teoría. La peculiaridad del Feminismo consiste, en haber hablado de la necesidad de difuminar los límites entre lo público y lo privado, a fin de devolver protagonismo a los ciudadanos y en haber planteado la compatibilidad entre igualdad de oportunidades y el respeto hacia las diferencias. El Feminismo enfatiza lo que sucede en la esfera privada, como una parte que hay que recuperar para la misma esfera pública. Critica el poder y sus formas (aquellas que generan asimetría, exclusión, discriminación y violencia).

   A lo largo de la historia de la humanidad se nos han adjudicado una forma de ser y unos roles que sin lugar a dudas condiciona nuestras vidas. Ha sido una estrategia del feminismo convertir a las mujeres en sujetos políticos. De no haberlo hecho, difícilmente se podrían haber visualizado las diferencias de género y se podrían haber desarrollado teorías y prácticas para cambiar esta situación (…)

1 comentario:

Velilla Valbuena dijo...

Muchas gracias por el artículo

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