ESTHER DE LÓZAR CUEVAS
Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!
"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)
"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)
"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)
"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)
"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)
Vivir así
Vivir así, qué dulce medicina, qué sutil claudicación. Ajenas al miedo que envejece la piel, anestesiadas en un continuo vaivén. La vida les queda demasiado grande, falsa y desquiciante, y prefieren volar con sus alas ficticias, ancladas durante el día en un columpio de esplendor, en un columpio que nada sabe de trampas, en un columpio que todo lo cura, menos las heridas del alma. Las melenas al viento, los pecados colgando, el temor a fracasar resquebrajado. El viento a su favor, las aves las envidian, la belleza de su rostro se mezcla con la más pura poesía. No hay guerras, no hay maldad, no hay papeles que desempeñar, no hay mentiras que inventar. Vivir así, con la sonrisa cosida a la boca, con la esperanza de hacer cosquillas al sol tras cada subida y bajada. Todo es más fácil así, la lluvia no cala ni la envidia traspasa y el ser humano soñando con fabricar un columpio igual para no tener que vivir de prestado. Ellas son felices a su modo, alejadas de las cosas que lastiman, aspirando a llegar más alto, entre confidencias y abrazos. Hasta que el sol se pone y la tiranía de la noche las obliga a regresar y decir adiós a sus sueños y a unas alas artificiales que se pegan a la piel y esperan expectantes un nuevo amanecer. Vivir así, en un eterno paréntesis, los días despejados, los minutos robados, las preocupaciones vaporizadas, el columpio subiendo, el columpio bajando.
Sueldos astronómicos
La crisis nos mira de frente, sin vergüenza ni pena. Decimos adiós a subvenciones, pagamos más por el recibo de la luz, suben los impuestos, las nóminas se desangran, las empresas se hunden y los trabajadores reciben el golpe del paro en la frente, sumándose a una larga lista de desempleados con los ojos tristes y apagados, esperando una llamada que les devuelva a la vida del obrero, a las cuentas que les permitan llegar a fin de mes. Lo que no cambia son los sueldos de los políticos, los reyes de los asalariados, los mejor pagados de España.
Es lamentable que los políticos se llenen la boca de buenas intenciones mientras están cobrando uno sueldos desorbitados (sin olvidar las futuras pensiones vitalicias que se les asignarán). Se devalúa la calidad de vida de los trabajadores peor remunerados, último eslabón de la cadena, mientras se enriquece a los más acomodados. El poder adquisitivo decrece mientras la clase política y dirigente de este país se da la gran vida. La carta de despido de los ministros de Zapatero (por poner un ejemplo de muchos) dejó intactas sus nóminas. Para ellos todos los derechos, los pluriempleos millonarios, el aval del sistema de compatibilidades. El ex presidente cobra el 80% de sus sueldo presidencial (la friolera de 74.000 euros al año) a lo que hay que sumar 72.800 euros anuales por su puesto en el Consejo de Estado. Un total de 146.800 euros anuales. A Leire Pajín tampoco la afecta mucho la crisis puesto que cobra un total de 10.282 euros brutos al mes (parte de sus sueldo como antigua ministra de Sanidad, sueldo de diputada, sueldo de pensión y comida y otra entrada de dinero por ser la portavoz socialista en la Comisión de Agricultura). Casi nada. Y podría llenar multitud de folios con cifras descomunales e irritantes para los españoles. ¿Es ese el compromiso político?, ¿se sirve a los ideales ciudadanos o a los intereses particulares?, ¿de verdad les importa a los de arriba nuestro puesto de trabajo, nuestros ahorros, nuestro acceso a la vivienda, nuestra promoción social, nuestros sueños?
La población civil se aleja de la política porque no se siente identificada con ella ni con su tiranía. No podríamos sobrevivir sin ella pero su estrategia actual nos está matando. El concepto de democracia real está deshinchado, hueco. La ola del descontento ha alcanzado cotas elevadísimas porque el caciquismo y la corrupción encharcan nuestra visión de futuro. El político correcto es aquél que trabaja para servir y no para lucrarse. Un sueldo razonable es lo que se pide. Entre políticos corruptos, sindicatos partidistas, despilfarro autonómico y gastos “peculiares” de altos cargos a costa del dinero público nos quedamos bajo mínimos y sin pantalones los de siempre.
¿Qué mejor plan de ahorro que el viaje turista para nuestros gobernantes, la eliminación de pensiones vitalicias, la supresión de cargos duplicados, unos sueldos acordes con su función y cargo que no rebasen las cinco cifras, por ejemplo? Esas medidas proponemos los ciudadanos. Pero parece que los de arriba miran para otro lado porque la crisis ni siquiera les despeina. El poder llama al poder. La boca se les llena de promesas… y los bolsillos de dinero.
Te deseo lo mejor
En mi vida ya no pintas nada, guapa. Puedes irte por donde viniste. Ahora que conozco tus jugadas, ahora que te veo sin disfraz, ahora que me choco de frente contra el muro de todas tus maquinaciones. No me interesa mantener esta amistad dañina porque si hay algo que no soporto en la vida es la deslealtad. Yo no te imponía ninguna regla pero te pedía valores. Sospecho que tu nivel máximo de perversión no sufrirá el menor desgaste ante estas palabras pero no me interesa ver cómo te sigues divirtiendo a mi costa. Eres una de las decepciones más amargas que he de afrontar pero con el tiempo puede que hasta te recuerde con nostalgia. Así es la vida, querida amiga. Y no es la valentía ni el apego a esa brutal sinceridad que destacan algunos como la mejor de las cualidades la que me ha hecho plantarte cara. Ha sido mi madurez y mis buenos propósitos. No quiero que me sigas. Te deseo lo mejor, tú por tu camino y yo por el mío. No creo que nos volvamos a encontrar (o quizá sí, quién sabe, la vida es imprevisible) y por eso me despido sin rencor, que tu alma corrompida cargue sola con sus pecados y su exceso de equipaje. Que te vaya bien, ex amiga. Desde el inicio de mi nuevo camino (y sin ganas de volver la vista atrás), te deseo lo mejor.
Sin miedo a amar
Sin miedo a amar, con las alas abiertas. Sin miedo a volar, con el odio en las afueras. Ya no puedo marchitarme porque he vivido demasiado tiempo entre espinas. Conozco el desencanto que deja la traición, la indolencia de unos brazos desagradecidos, las cenizas de un beso que se consumió. He sobrevivido al dolor y a la soledad, no es tiempo de vivir con caretas. La sombra de la duda ha quedado adormecida en mi interior, en una colección de ayeres marchitos, de otro sabor. Hoy vivo aferrada a una sonrisa, a unos labios más justos, a unos dedos más comprensivos. No hay culpabilidad ni pétalos grises. Mis mañanas se me antojan rosas y perfumadas, ajenas a un vocabulario desangrado que se llevó todas las palabras que merecían la pena. Sin miedo a sentir, con el corazón desarmado y el engaño envuelto en papel de seda, cuidando su esencia para no repetir los errores pero negándome a ver sus ojos de cerca, para no volver a caer en el temor de perder, en el error de convertirme en víctima de un hombre cruel. En el muelle de una playa lejana compartí mis penas y escupí mis lágrimas y en su arena, junto a la orilla, una rosa agonizaba sin saberlo, esperando mi llegada y conservando aún su belleza, su esplendor, su esperanza… con ganas de sentirse amada.
Globalización tecnológica
A inicios del siglo XXI, la revolución tecnológica llega de la mano de la microelectrónica, la biotecnología y las nanotecnologías. En pleno proceso de descubrimientos, la ciencia es capaz de modificar e introducir novedosos cambios en el mundo laboral, transformaciones en la estructura empresarial, en la organización del trabajo y en las políticas de desarrollo. A pesar de los innegables beneficios que las nuevas modalidades científicas aportan a la vida del ser humano, éstas han traído consigo un proceso mundial de mercantilización de los seres vivos unida a una privatización de la naturaleza. La biodiversidad de comercializa y los grandes beneficiarios son las empresas biotecnológicas, que se adueñan de los recursos naturales, vegetales y animales. ¿Hasta dónde llegan los límites de la ética? En los últimos años, el avance de las técnicas de manipulación genética ha llevado a la industria a recurrir a las patentes para adquirir derechos de propiedad exclusivos sobre la materia prima de la biotecnología, los propios organismos vivos. Detrás del monopolio de determinados sectores de producción, como el alimentario y sanitario, se esconden las grandes expectativas comerciales de las multinacionales.
De nuevo se presenta un reparto desigual de riqueza, esta vez expresada a través de la adquisición de conocimientos y obtención de patentes. Las regiones ricas poseen las nuevas tecnologías y las legislaciones sobre patentes y las venden a las regiones periféricas, trasladando sus procesos productivos o filiales a zonas empobrecidas con mano de obra barata. La biodiversidad se convierte en un arma de poder para los países ricos, que encuentran la materia prima necesitada en los países pobres. Nos encontramos así frente a una sutil usurpación de la riqueza biológica del Tercer Mundo. Una nueva forma de dominación, más tenue pero alarmante, que amenaza a los más desfavorecidos.
Uno de los sectores de mayor interés para la industria biotecnológica lo constituye la agricultura y productos como la soja, los cereales y las patatas están cubiertos por patentes. En los países en vías de desarrollo las grandes empresas están desbancando a las empresas productoras de semillas y reduciendo al agricultor a un simple peón de la agroindustria. Los futuros cultivos manipulados genéticamente irán destinados a los grandes mercados de la sociedad, excluyendo a los sectores pobres, a los habitantes del Tercer Mundo. Otro problema es el de la destrucción del medio ambiente y de la propia biodiversidad. En Argentina, por ejemplo, la entrada masiva de soja transgénica aumentó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local.
Se asiste a una lenta pero rotunda sustitución de la biodiversidad tradicional de los países del Sur. La base de su economía, la agricultura, pasará a manos de las grandes multinacionales, quienes crearán variedades transgénicas y un modelo de producción agrícola mecanizado, especializado y manipulado. Las comunidades campesinas se ven de esta forma despojadas de sus cultivos y de su trabajo en el campo, porque quedan excluidas del modelo industrial de producción de alimentos basado en las patentes biotecnológicas. Se genera una acumulación de saberes sin ningún tipo de consideración ni ética. La manipulación de la propiedad intelectual de las comunidades indígenas atenta contra su patrimonio cultural porque las multinacionales se apropian de sus conocimientos y medicinas y a largo plazo, éstas logran legalizar una situación en la que dichas comunidades no podrán utilizar ni comercializar sus propios inventos. La usurpación de su conocimiento ancestral implica una pérdida de derechos. Parece que el mundo regresa, en cierta medida, al antiguo colonialismo de los pueblos pobres.
El proceso de mercantilización, en su afán de lograr beneficios económicos, ha sido capaz de poner precio a la naturaleza y a los propios seres vivos, ha comprado y vendido aquello que pertenecía al patrimonio de la humanidad y que formaba parte de la historia de los pueblos, de las culturas, del ser humano. Con el objetivo de evitar estos abusos, las innovaciones en el campo de las ciencias deberían estar reguladas más estrictamente porque sí resulta positivo desarrollar políticas que permitan mejoras en los diferentes ámbitos sociales pero no aquellas que destruyen la biodiversidad natural y se sustentan en el mero beneficio e interés comercial individual.
Por lo que respecta a la nanotecnología, esta ciencia constituye una revolución dentro de la investigación científica, la posibilidad de trabajar a escala molecular y producir nuevos materiales con propiedades más poderosas y costes más reducidos. Sus aplicaciones son infinitas: la medicina, el medio ambiente, cosméticos, fabricación de ropa, industria bélica... Sin embargo, se trata de un paradigma tecnológico radicalmente distinto a los conocidos hasta ahora y ello implica una cierta responsabilidad en su uso, un control adecuado de esta nueva ciencia y el establecimiento de límites a su desarrollo. Cuánto más aumenta su capacidad operativa y los ámbitos de la vida en la cual ésta se hace presente y se materializa, más incertidumbre se crea en torno a ella porque se desconocen sus consecuencias futuras. Su éxito depende de su correcta aplicación y de una acertada manipulación atómica de la materia viva. Debe orientarse a la mejora de la calidad de vida.
De momento, a pesar de la comercialización de ciertos productos del mundo de la electroinformática o la agricultura, entre otros, su grado de complejidad técnica explica que todavía no se hayan desarrollado las primeras innovaciones de impacto. Las mayores expectativas de avances nanotecnológicos se centran en Estados Unidos, seguido de Japón y la Unión Europea, que ya han solicitad algunas patentes en este sector. El desarrollo tecnológico es positivo siempre y cuando no se lleve a cabo en función de intereses comerciales de empresas poderosas. Los avances en este ámbito deben poder ofrecer ventajas desde la perspectiva de la vida. Sin embargo, son muchas las preguntas formuladas en torno al surgimiento y fomento de la nanotecnología: ¿Qué verdaderos fines se ocultan bajo su creación?, ¿Quiénes serán los beneficiarios reales y los controladores de esta ciencia?, ¿Se establecerán límites éticos en su desarrollo o seguirá los mismos pasos que la biotecnología?
La dimensión tecnológica de la globalización, bajo la microelectrónica, la biotecnología y la nanotecnología, supone una auténtica revolución para la vida del hombre pero por desgracia, se encuentra supeditada a las grandes multinacionales, que una vez más toman las decisiones y persiguen sus propios fines, sin importar que a la búsqueda de beneficios, la biodiversidad y el futuro de las antiguas comunidades de los pueblos del Sur se vaya destruyendo poco a poco.
Antagonista
Estoy cansada de los cuentos a medias, de las princesas teñidas, de las apariencias que ocultan defectos y sueños. La protagonista de la historia se deja llevar, sufre demasiado, no está atenta a las señales ni a la manzana envenenada, se enamora por error, es una tonta a la que le falta sentido común y le sobra ñoñería. Saborea demasiado su fábula o puede que ni siquiera sepa vivir al margen de guiones y alfileres. No encuentra lo que busca, no merece lo que se lleva, no dice lo que realmente piensa. Me resulta demasiado aburrida e insulsa, incapaz de romper un plato, necesitada siempre de un caballero de papel que acuda a su rescate. No fuma, ni bebe, ni insulta, ni se divierte. Nunca le pierden las formas ni le ganan las pérfidas enemigas, más listas pero con más mala suerte.
Me apetece romper ese guión desgastado, dar trabajo a esa niña cursi que ha quedado desfasada. Soy una digna rival, la antagonista por antonomasia, la mala malísima, la mala del cuento, la bruja disfrazada de inteligencia y constancia. Me convierto en la protagonista de todas las arpías que llevan siglos reclamando un sitio más abierto y ventilado en la historia de la literatura. Sin escoba ni maleficios. Sin manzanas envenenadas ni verrugas o dientes podridos. Para gritar lo que quiero y dirigir el rumbo de mi vida. Para reconocer mis tropiezos y mis fechorías en la hoguera y mostrar mi parte más humana en medio de ficciones y personajes acaramelados. Para matar a los dragones, para escapar de sus mazmorras. Para reírme de la princesa de porcelana y quedarme con su príncipe. Para llevar la contraria a una aspirante a reina que desperdicia su tiempo soñando en la torre mientras esta antagonista vive su sueño y se queda con su trono.
Derecho al olvido
La Audiencia Nacional ha expuesto sus dudas al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El caso planteado trata del denominado derecho al olvido en Internet. Su protagonista, Mario Costeja González, planteó una reclamación solicitando que su nombre, relacionado con una información sobre una subasta judicial, fuese eliminado de Google puesto que el embargo estaba ya solucionado.
El debate pone sobre la mesa el concepto de privacidad on line y la petición/posibilidad del ciudadano de poder eliminar ciertos datos que circulan por la red relacionados con su persona. La confidencialidad de todos nuestros gustos, nuestros pasatiempos, nuestras preocupaciones o nuestras perversiones queda registrada en la web a través de algoritmos que procesan la información a la que hemos accedido desde nuestro ordenador. Todo queda en Google. El historial de cualquiera a golpe de clic, incluso información negativa del pasado que puede afectar seriamente nuestro presente. ¿Ha de permanecer mi nombre relacionado con un hecho delictivo que cometí en el pasado y que perjudica notablemente mi reinserción social?, ¿tengo que soportar aparecer vinculado a una noticia falsa o ser insultado por un blogero en su espacio personal? Preguntas como ésta introducen una variada y compleja casuística en torno al derecho al olvido (right to be forgotten), a la necesidad de muchos de poder suprimir los datos ligados a su persona de los buscadores o redes sociales. Podemos decir que se trata de la protección de datos personales (a través de su cancelación) en el ámbito cibernético.
Su mayor campo de batalla es lógicamente la protección que nuestra jurisprudencia constitucional otorga a la libertad de información, un derecho que (junto a la libertad de expresión) prevalece sobre el derecho al olvido y la consecuente protección de datos personales. Vivimos en un Estado de Derecho apegado a una poderosa sociedad de la información en la que cualquiera puede publicar sus historias y comentar informaciones relevantes. El anonimato es el disfraz bajo el que muchos cometen sus tropelías y abusos, atentando contra la privacidad de personas ajenas. El derecho a la intimidad y el derecho a la información cara a cara en uno de los debates más polémicos que se tendrán que solucionar en los juzgados.
Las novedades legislativas están al caer. Es necesario reforzar el derecho de cancelación de datos de los usuarios de las nuevas tecnologías. Pero sin olvidar el ciudadano que el pasado siempre vuelve, que la memoria digital se muestra reacia a ser borrada, que somos los únicos responsables de unas fotografías comprometedoras que en su día colgamos por la red o que hay ciertos videos que quizá sea mejor no publicar nunca. Por si acaso el derecho al olvido se retrasa y sigue recordando.
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