ESTHER DE LÓZAR CUEVAS

Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!

"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)

"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)

"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)

"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)

"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)

Malas influencias

  Eran malas, malísimas. Paseaban su perfidia por las calles de la ciudad y los hombres se quedaban mirando fijamente su silueta por el espejo retrovisor. El mundo se derretía de placer en sus manos y la noche se arrodillaba para verlas pasar. La conquista era su carta de presentación y la juventud eterna su único sueño. El artificio se hacía mujer, el cinismo tenía las uñas largas e hirientes y la envidia se colaba entre sus escotes y se atrevía a mecerse entre sus largas pestañas bien entrada la madrugada. La falda demasiado corta, las mentiras demasiado largas, los labios insultantemente atrevidos. 

   Las veía pasar cada sábado y me quedaba prendada de su locura y de su perversa y ficticia pose, de sus risas de cristal y de su piel irisada. Siempre a la moda, siempre a la última, siempre preparadas para eclipsar. Dicen que quemaban sus noches de juerga entre copas y desconocidos, que coqueteaban con la cocaína y que despertaban en brazos extraños. Olvidaban todo, hacían barrido y cada sábado era una primera vez. Hay quien dice que volvían desorientadas y que deambulaban sin rumbo fijo, perdidas en su propio mar de contradicciones, con sus melenas descolocadas y el rímel corrido, sin más deseo que el de olvidar algo que ya no recordaban y dormir hasta que la luna volviese a vestirse de gala para ellas. Por dentro estaban malheridas pero salían de caza igualmente. Quizá ellas fueran la única presa. Lo cierto es que yo nunca las vi volver. Siempre coincidía con ellas al nacer la noche y en algún lugar del camino, se producía un cruce de miradas. Mi admiración se perdía en sus alocadas palabras porque cuanto más se aproximaban a la luz de las farolas más brillo perdían. Su magia envolvía sus ojos con los míos pero mi admiración no llegaba más allá de sus escandalosas conversaciones. Imposible el cruce de caminos porque su senda no era la mía... 

   Eran malas, malísimas. Salían de caza cuando la luna ya estaba vestida de gala para ellas y las estrellas derretían su fuego desde lo alto, haciendo más deslumbrantes sus largas melenas. Por dentro estaban malheridas pero salían a matar porque la sangre de sus almas desgastadas se confundía con el rojo de sus labios carmín, siempre dispuestos a comerse la noche, unos labios carmín que olvidarían sus magulladuras y sus errores imperdonables al salir el sol.
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Sin nada que perder


    Aquí estoy, frente a ti, sin nada que perder. Sin nada, porque te lo entregué todo, sin condiciones ni reservas. Sé que no lo pediste, sé que tu amor era limitado, pequeño, ingrato. Pero siempre una espera el milagro que encienda esa luz en su camino y le anime a continuar. En mi caso, fue mi amor el que se apagó suavemente, en silencio, asqueado de tus hipócritas promesas, del tiempo malgastado aferrada a tu espalda, a las ofertas que me salieron tan caras, a un amor inventado. Era cosa de dos pero no lo entendiste ni lo valoraste. 

   Ahora me miras, ahora me ves, pero para ti ya es tarde porque yo ya no tengo nada que perder. Tú sí, ahora lloras arrepentido pero no creo en tus lágrimas. Las flores que me regalaste caen a mis pies y me auguran este final, con fuerza iniciaré mi andadura lejos de tus brazos, negando el papel de víctima que es el que lamentablemente me asigna la vida. Aquí estoy, frente a ti, sin nada que perder. Ahora abres los ojos y comprendes tu egoísmo y tus noches ausentes. Ahora ves el inmenso mar que te regalé un día, convertido en riachuelo, en un espejismo de agua que ha perdido su grandeza y su fuerza vital y que transcurre agonizante arrastrando a su paso esas flores amarillas que una vez lo significaron todo y que ahora, para tu desgracia, van cayendo, marchitas, en la alcantarilla de la desilusión y de las palabras que nunca fuiste capaz de dedicarme.
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Ángel

   Ella podría escribir su historia con pluma de oro. Es de esos seres humanos que se vuelven imprescindibles y que marcan un antes y un después en tu vida. Llegan para llenar todos los huecos, para limar las imperfecciones y hacerte creer en la vida eterna. Su templanza y su nobleza no son habituales en los tiempos modernos, tan contaminados y vacíos, y es su pureza la que embelesa y conquista. 

   Entre las frías paredes de un hospital cualquiera ya la han reconocido y los enfermos la conocen como “el Ángel”. Preguntan su nombre para no olvidarlo y rozan su uniforme de trabajo para saber si es real o uno de esos sueños que nos acercan un poco más al paraíso de nubes y recuerdos que nos envuelve sólo en los momentos de calma y silencio. Su piel blanca y esos profundos ojos azules, hechos para amar y para curar las enfermedades del alma, la delatan entre sueros y vendajes, entre tantas carencias y anhelos. Su corazón sensible se pasea por las habitaciones recogiendo los pétalos de la soledad y luchando contra la desidia y las caras cansadas, las pieles enfermas, las miradas consumidas. Sus palabras reconfortan y acompañan porque es su humanidad la que aplaca los infortunios y hace más llevadera la espera y la convalecencia. 

   Sé que vienes del cielo y que al cielo piensas volver y lo entiendo, porque es imposible esconder por más tiempo tus alas bajo la apariencia mortal y tu mirada de ángel hace estremecer cada sentido ante tu posible partida. Entre las nubes no te veré ni podré darte las gracias por tus sonrisas, ni escucharé tus susurros ni tus cálidas canciones. Viniste de visita pero no inicies aún tu viaje de retorno, por favor. Espera un poco, unos días, una vida entera. Te necesito aquí para guiar mis pasos, para acompañarme en mis noches más dramáticas, en mis desayunos más incoloros. Puedo convertirme en sirena de profundos océanos si quieres y guardar tus alas mientras tanto en un mar aún no descubierto bajo un inquebrantable pacto de silencio para que los dioses no se atrevan a reclamarte. Puedo transformarte en una mujer que vive por y para su ética, que camine bajo la lluvia para no echar de menos las nubes, que conozca el sabor del azúcar y las alegrías que esconden los pacientes bajo su piel, al margen de sus enfermedades y sufrimientos. 

   Cuando la noche caiga sobre la ciudad y las luces de un hospital iluminen el pasillo central, tú entrarás en cada habitación para dar el beso más humano, el calor más arrollador. Y la persona no olvidará porque dormirá tranquila y entre suspiros se la oirá murmurar; “hoy ha venido a visitarme un ángel”. No inicies aún tu viaje de retorno, por favor. Me convertiré en guardián de tus alas para que puedas iniciar tu vida como una mortal más, las tomaré prestadas por un momento si es necesario para hacerme oír en las nubes y que arriba en el cielo comprendan lo inevitable, que han perdido un ángel.

Dedicado a una gran profesional de la enfermería, mi hermana Raquel.
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Consejos para el nuevo universitario

   Hay una primera vez para todo en la vida. La introducción en la Universidad implica un cambio radical en cuanto a aprendizaje, evaluación y relaciones sociales se refiere. Uno se siente perdido cuando aterriza frente a edificios desconocidos, códigos incomprensibles, pasillos interminables, explicaciones que agobian. Comprendes lo inevitable, que eres neófito en el mundo universitario. Para aplacar esa sensación de angustia, de paso de un colegio abarcable a un campus inmenso, es necesario conocer la institución en la que vas a vivir durante varios años, así como los entresijos que se esconden bajo sus cristales y salas. Si te familiarizas con el ambiente, terminas por perder el miedo. Ubicarse es fundamental. La secretaría del centro, las bibliotecas y sala de ordenadores, el COIE (Centro de Orientación y de Información de Empleo), las diferentes actividades patrocinadas por la universidad, jornadas y cursos, carnés de estudiantes… 

   Se rompe literalmente con la etapa anterior. Personal y académicamente hablando. Puede que lo que te funcionara en Bachillerato no te sirva de nada ahora. La toma de decisiones está en tus manos y las primeras semanas son clave para bucear por ese mundo que se abre ante ti, conocer a tus nuevos compañeros e implicarte en el proceso del aprendizaje universitario. Los grandes enemigos del universitario son la fiesta excesiva, la falta de integración o motivación, la apatía por la carrera elegida, la cafetería del campus, la falta de preparación suficiente, la carencia de madurez, el descontrol horario y la ausencia a las clases magistrales. 

   No desequilibres la balanza. Organiza tu tiempo, asegúrate de que la información de la que te vales provenga de fuentes fiables, asiste regularmente a las clases, pregunta tus dudas, descubre la metodología y los gustos de cada profesor, completa la bibliografía básica, documéntate, marca un horario de estudio, identifica tus prioridades y no olvides tus límites. Es una experiencia única, el salto a la educación superior, a la prudencia y la sensatez, al caos que luego se transformará en orden lógico. Al novato se le reconoce a kilómetros de distancia pero es una etapa que hay que experimentar. Echo de menos la espera masiva fuera de un aula cerrada con llave, las exposiciones de los compañeros, las clases aburridas y la sensación de triunfo tras la salida de un examen perfectamente ejecutado, la biblioteca que aún hoy me recordará con nostalgia, los trabajos individuales, el final del camino, el título académico bajo el brazo…

   La universidad te libera o te condena. Depende de cómo aproveches tu libertad y del futuro que desees construir. Mi consejo es la disciplina y la seriedad. La independencia universitaria como símbolo de madurez y de paso a la vida adulta. La decisión es tuya.
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En la cuerda floja

     En la cuerda floja vivo y siento. Siempre al límite de los sentimientos, en el centro de un huracán que lo arrasa todo, en los extremos de una doble personalidad, en los vértices que dibujan tus dedos. Sin conocer la calma, a flote en un mar enfurecido, en suspenso en un cielo sin señales. La inestabilidad hace mella en mi alma y me invita a jugar con las alas de la distancia, a reírme de todo lo que queda abajo, de todo lo que matiza mis pasiones y sus huellas. Si existe una vía de escape es algo que desconozco. Sé que debo regresar a la tierra y vivir en ella mi sufrimiento y mis pesadillas. Pero me mantengo aquí arriba así de inconstante, tambaleándome, con miedo a perder el equilibrio y caer en las trampas que el tiempo ha preparado para mí. 

   En la cuerda floja sigo y resisto. Vulnerable, insegura, cambiante. Aferrándome a todo, no renunciando nunca a nada. Trapecista frágil en un mundo imperturbable e indómito que no está acostumbrado a mi férrea disciplina ni a mis constantes oscilaciones, ni a un ser humano con tantas aspiraciones. Y soy fuerte pese a todo, porque quizá me hizo valiente la vida misma que se empeña en lanzarme al vacío y terminar con la agonía y la alegría que marcan mis pasos. Sangran mis pies, la cuerda y sus alambres me hacen daño pero espero la luz que me liberé de todo. Seguiré jugando a ser trapecista indomable en la cuerda floja que representa mi existencia. Hasta que los alambres desaparezcan o hasta que encuentre el camino de vuelta.
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Aterrizaje fatídico

     No estaba preparada para este final. Pensaba que la vida sería más agradecida conmigo, con los dos. Sé que tienes otras metas, que no encontramos juntos la llave de la felicidad, que hace tiempo que estás volando libre, sin ataduras. Me costaba mucho manejarme en el aire, tenía miedo del compromiso, de la monotonía de una larga relación. Al suelo cayeron nuestros planes, todavía sigo intentando recomponer sus pedazos pero tonta de mí, debí haberlo previsto antes. Tú eras demasiado lanzado, yo demasiado insegura. Quizá sea mejor dar pasos en falso que quedarse quieta y arrepentida de no haberlo intentado. Pero es mi forma de ser, esperaba otro final, ya no quedan puntos suspensivos para lo nuestro, ni palabras que hagan más fácil la caída. 

   Ahora tengo que buscar otra razón para volver de nuevo al camino, al cielo de tierra y sal. Extendí las alas tarde y mal y mira, no supe hallar un punto medio, ni equilibrio ni motivos para verte. Mi aterrizaje fatídico me enseñó mi declive, me estrelló contra mis más odiados temores. Y entre los fragmentos de cristal y besos me encuentro ahora, sin alas y desorientada, contemplando nuestros sueños rotos. Buscaré otros horizontes y trataré de recordarte con cariño, cuando la distancia entre ambos se haga más nítida y el dolor más lejano. Cuando de nuestro amor sólo quede el recuerdo.
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El caso de los exploradores de cavernas

   El caso de los exploradores de cavernas es un libro que descubrí por casualidad y el cual aconsejo encarecidamente a los estudiantes de Derecho. Se trata de un famoso caso hipotético escrito por el estadounidense Lon Fuller en el año 1949 para la Harward Law Review. La historia se inicia con una avalancha que deja atrapados a varios exploradores en una caverna durante treinta y dos días. Tras el rescate se supo que uno de ellos (el que propuso echar a suertes quién debía morir para alimentar a los compañeros pero que en el último momento se retira del acuerdo) había sido asesinado por el resto. El abogado defensor solicitó un veredicto especial que culminó en la declaración de culpabilidad de los exploradores y su sentencia a la horca. 

  Se trata de un ensayo jurídico de alto valor pedagógico que nos transporta a la imaginaria Suprema Corte de Newgarth, año 4.300. Cuatro acusados son procesados por homicidio y, condenados a muerte, apelan a la Corte. Los problemas más abstractos de la filosofía jurídica se trasladan a los tribunales y a un concreto caso de antropofagia. La teoría jurídica y las controversias que surgen durante la interpretación del Derecho adquieren forma en las posiciones antagónicas de los jueces que participan en el caso, en las argumentaciones que conducen a considerar la culpabilidad o la absolución de los exploradores. 

   Podrían ser jueces de carne y hueso, con sus valores, con sus conocimientos jurídicos y sus convicciones, con sus dudas y creencias. El presidente Truepenny apuesta por la postura positivista y el respeto supremo a la ley y considera culpables a los acusados. El Ministro Foster inclina la balanza del lado del derecho natural y del estado de la naturaleza en la que se encontraban los exploradores y vota por su inocencia. El Ministro Tatting se declara incompetente para resolver el caso y el Ministro Keen recurre al positivismo y, a pesar de que optaría por la inocencia de esos hombres, discierne entre la juridicidad y la moralidad; en base a dicha separación, les considera culpables. Y por último el Ministro Handy, realista y práctico que recurre a la realidad del caso para votar por la impunidad. 

   Los cinco jueces representan diferentes perspectivas de lo que es el Derecho, con sus contradicciones y lagunas, con sus puntos a favor y sus debilidades anclados a un hecho concreto, a una decisión humana. El ensayo exige una lectura pausada y reflexiva que permita comprender la heterogeneidad y el enfrentamiento entre el Derecho positivo y el derecho natural, entre el propósito y la letra de la ley, entre las funciones judiciales y las funciones ejecutivas, los juicios de valor y las distintas percepciones de la realidad. Un acto de asimilación genuino para todos los interesados en la justicia y el funcionamiento del Derecho y sus con demasiada frecuencia polémicas interpretaciones.
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Socialismo Real



   El modelo socialista defiende un sistema económico basado en la construcción de una sociedad sin clases, donde no exista ni dominación, ni explotación. Su lema es la igualdad y las socialización de los medios de producción. El socialismo es el gran antagonista del capitalismo, cuyo sujeto económico es el individuo, el fin perseguido la utilidad individual y el mayor beneficio y sus bases el mecanismo de mercado basado en la propiedad privada. Por el contrario, en el socialismo el sujeto sería la sociedad en su conjunto, el objetivo el bienestar colectivo y su base la planificación.

  Sin embargo, la historia muestra que la realidad está conformada por situaciones multiformes y que no se dan situaciones puras a esta alternativa. Las economías occidentales no responden de modo absoluto al modelo capitalista de competencia ideal y en todas ellas la intervención del Estado ha sido creciente, se ha utilizado la planificación y la aparición de empresas multinacionales han impedido que se conozca la libertad de mercado tal y cómo aparece expuesta en los libros de economía política. Igualmente, los proyectos socialistas llevados a la práctica se han alejado bastante de la idea original sobre la que se asentaba el modelo socialista, ya que las economías del este de Europa nunca estuvieron absolutamente planificadas ni desapareció completamente el mercado. 

   La revolución socialista no tuvo lugar en países desarrollados sino en sociedades atrasadas, como es el caso soviético y chino. En la Unión Soviética, bajo el stalinismo, se creó una estructura de poder fuertemente centralizada, un autoritarismo con un fuerte poder político acostumbrado a imponerse a través de la política del terror e incapaz de aceptar otra ideología que no fuera la suya. En Rusia sí se produjo una revolución socialista basada en la clase obrera pero la burocracia terminó con el emergente poder de ésta; Stalin estableció un régimen de terror que mantuvo la economía planificada. El ideal del socialismo, el control del Estado y el gobierno por parte de la clase obrera, no tuvo lugar en Rusia pero tampoco en los países de Europa del Este (donde se produjo un levantamiento contra el fascismo), en China (lucha campesina contra el imperialismo nipón) o en Cuba. 

   ¿Cuáles son las razones del fracaso de la aplicación del socialismo en los distintos países que han optado por este modelo económico? Lo mismo que el capitalismo entra en diferentes crisis cíclicas debido a la sobreproducción (la explotación de la clase obrera no permite a ésta adquirir a producción completa), la economía planificada del socialismo no podía conducir a un desarrollo económico si no existía una participación de las masas, una intervención de los individuos en materia económica. En la Unión Soviética, la enorme represión que se estableció para mantener el socialismo contrastaba con la utopía de igualdad y libertad proclamada por el modelo y puso de manifiesto la inviabilidad de un régimen que invertía la mayoría de sus recursos en un aparato represivo. Ello condujo a una ausencia total de la democracia, a una dictadura cargada de encarcelamientos, asesinatos y opresión. Una Unión Soviética que sometió a naciones enteras dentro y fuera de sus fronteras. 

   En el ámbito político, el régimen represivo que ha caracterizado a los países socialistas impide poder hablar de justicia y democracia. Todo es del Estado, pero éste puede mostrarse en no pocas ocasiones como un aparato autoritario. Por otra parte, es una gran contradicción que el socialismo defienda la igualdad y, sin embargo, el grado de participación popular en los países que ostentaron este modelo, sea tan escasa (por ejemplo, China, Yugoslavia, Cuba...). A su favor, se puede destacar el logro de a socialización de los medios de producción y una lucha por satisfacer las necesidades básicas de la población.

   En definitiva, el socialismo real es un modelo económico y social que aparece como una alternativa para superar las contradicciones del capitalismo pero que aún no ha alcanzado esa igualdad, libertad y justicia tan pregonadas en la teoría. Lo cierto es que la Humanidad todavía no ha encontrado aún la forma definitiva y satisfactoria de resolver los problemas económicos sin generar malestar, pobreza y desigualdad.
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Esperando

      La espera es el estado constante en el que se encuentra el ser humano. La sombra que se cierne sobre nosotros y nos persigue y enloquece, nos impacienta y nos pone a prueba. Nuestros sentimientos y anhelos, nuestras verdades y nuestras imperfecciones le pertenecen. La certeza sigue sus huellas, la esperanza acepta sus condiciones a cambio de suavizar su piel y el corazón deambula por sus calles y hasta se atreve a cortejarla. Peligroso su juego cuando la espera es la creadora de la seducción en su estado más puro. Somos marionetas en sus manos, esclavos de sus impredecibles designios y de sus locos deseos. Y ella se ríe la muy cínica porque tiene todo el tiempo del mundo. Insolente espera. 

   Nos pasamos la vida esperando. Un gesto, una llamada, una intención. Esperando una respuesta que nos haga entender lo que parece incomprensible, la nota de un examen final, el perdón tras tardes de ausencia y soledad, los elogios que engrandecen nuestros actos, la hora de verle, el final del partido cuando nuestro equipo es caballo ganador, esa carta que nos une más a las cosas sencillas y más queridas, un beso de película, el reconocimiento de los que antes nos criticaron, palabras que nos reconforten en los momentos más bajos, el autobús que no llega, una mirada del chico de la tercera fila, una sonrisa cómplice de un amigo que sabe tu secreto, el final de nueve meses de embarazo, de un día fatídico, de una hora interminable.

   Esperando el regalo especial por tu cumpleaños, el reencuentro con uno mismo, una nota graciosa en la nevera, la llegada de un día de sol o de una noche cualquiera de confidencias entre hermanas, el timbre que anuncia el final de la clase, el regreso de una madre, el olor de una especial receta casera, los abrazos de tu chico, la ruptura de una pareja si eres esa tercera persona que desespera, la ralentización del reloj en instantes de felicidad, la navidad y el chocolate con churros, el verano y la invitación a un algodón de azúcar, el retraso de las lágrimas para momentos de mayor intimidad, el eco de sus palabras en los rincones del alma, el momento de gloria y de autocrítica, el trabajo de tu vida, el silencio absoluto para poder escribir unos párrafos absurdos que te pertenezcan.

   Todo gira en torno a la espera. La cruel, la dulce espera. Estoy en mitad de ella, siento que es más fuerte que yo. Un agradecimiento, una disculpa, unas frases de perdón. Y la vida se pasa y no espera. Mientras, nosotros… seguimos esperando.
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Hazme reír

       Hazme reír, amor. Encuentra esa nariz de payaso, que hoy mi sonrisa está congelada. Mira que lo intento, pero son demasiadas frustraciones de golpe. Estoy apática, no me acompaña la suerte. Tantos intentos fatídicos para volver al punto de partida. La vida me enseña hoy su lado más cruel, su cara más amarga y me roba todos los caramelos. Hazme reír, enséñame tus trucos, tu valor y tu optimismo, contágiame con tus bromas, regálame tu chistera o tus zapatos desgastados. 

   Enséñame a reírme de los infortunios, a hacer más agradable la espera. Baila conmigo, amor, muéstrame los secretos del cielo y las profundidades del mar, el eco de una canción divertida, el dibujo de mi rostro entre tus macetas y tus sueños. Convierte mi vida en tu comedia particular, llena de alegrías mis mañanas lluviosas, transfórmate en nube de algodón azucarado para mí, cumple el más atrevido de mis anhelos. Hazme reír, amor, con tus chistes repetidos, con tu positiva moral, con tus convicciones más sólidas. Con tus besos de fresa, tus pasos torpes y tus globos de colores.
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Modelo Fordista-Keynesiano


   El Fordismo-Keynesiano fue un sistema económico surgido en el siglo XX cuyos procedimientos generalizados en la industria después de la Segunda Guerra Mundial permitieron elevar considerablemente la producción. La revolución de este modelo promovía la especialización y una transformación en el ámbito económico, industrial y laboral. Entre sus mayores meritos merece la pena destacar la reducción de costos y la posibilidad real de las clases subordinadas de adquirir un mayor protagonismo y un aumento de su poder adquisitivo. La política económica instaurada con el Fordismo se basaba principalmente en el hecho de que la intensidad en el trabajo daba lugar a ganancias de productividad las cuales a su vez permitían elevar los salarios y reducir la jornada laboral. De esta forma, los asalariados ganaban tiempo y renta suficientes para convertirse en los consumidores de aquello que ellos mismos producían.

   Otro de los rasgos positivos del Fordismo fue el legado del denominado Estado de Bienestar: el aumento del poder de compra de los asalariados comporto la necesidad de satisfacer una serie de necesidades colectivas, que servían de soporte al uso de los bienes de consumo privados que proporcionaban las empresas y para ello se hizo necesario que los Estados garantizasen la sanidad, la enseñanza, o las infraestructuras necesarias para el desarrollo del consumo privado.

   La regularización de las relaciones de trabajo creo unas condiciones favorables para el individuo. El obrero adquiere una serie de derechos laborales, surgen las negociaciones colectivas entre sindicatos y empresarios que permiten paliar ese trato desigual que habían recibido hasta entonces los obreros frente a los empresarios. Estos acuerdos sociales constituyen la primera oportunidad del trabajador, antiguamente explotado y esclavizado, de poder alcanzar un nivel digno de vida y un escudo de defensa frente al abuso del gran capitalista. Se asistió a una verdadera consolidación de unos derechos universales (como por ejemplo, el derecho a las vacaciones, indemnización por despido..) que permitieron a la clase trabajadora adquirir la categoría de ciudadanos y que, por desgracia, hoy día se están destruyendo debido a una progresiva mercantilización de los derechos sociales. Aunque no hay que olvidar que por aquel entonces existían una serie de trabajadores no agrupados que se mantuvieron aislados y excluidos de dicho proceso, sobre todo en los países desarrollados. 

  Pero el Fordismo no sólo significó una transformación industrial sino que también trajo consigo un cambio en el aspecto cultural, al crear una cultura de masas por medio de la combinación de la producción y el consumo en serie. Este hecho benefició particularmente a Estados Unidos, con la consolidación del american way of life, el anuncio de una maravillosa vida americana que impulsó a miles de inmigrantes a acudir a este país en busca de oportunidades y un futuro mejor. Sin embargo, los extranjeros formaron barrios llenos de exclusión y pobreza. Se encontraron engullidos por un mundo que obedecía exclusivamente a unos criterios estadounidenses. El Fordismo legitimó una cultura hegemónica y excluyente que no fue capaz de respetar las costumbres, culturas e idiomas de las diferentes nacionalidades que en forma de individuos desembarcaron en la sociedad americana. 

   Por otra parte, la revolución industrial había permitido la introducción generalizada de máquinas en los procesos de producción, por lo que el trabajador se convierte en un simple apéndice de la máquina y su actividad se limita al desarrollo de una serie de tareas repetitivas que se regulan minuciosamente para conseguir un rendimiento adecuado. El obrero se transforma en un operario especializado y las cadenas de montaje transforman al individuo en un eslabón mas del sistema productivo, ya que solo debe aplicar una serie de códigos elementales que se repiten continuamente. Si bien es cierto que el trabajador adquiere una serie de derechos hasta antes nunca conocidos por medio de negociaciones colectivas y un aumento de su poder adquisitivo, la verdad es que nos encontramos ante una situación de subordinación del trabajo del obrero a la máquina industrial, un auténtico control de la mano de obra, una forma más sutil de dominación del individuo, cuya forma de vida, salario y su ritmo de trabajo le mantenía lo suficientemente ocupado como para cuestionar el sistema vigente. 

   El modelo fordista supuso una revolución desde el punto de vista industrial y propició el surgimiento de una sociedad de consumo de masas, beneficioso para ciertos sectores pero desencadenante de tensiones sociales graves y consecuentes reivindicaciones raciales. Parece ser que los que no poseían el idioma y la cultura americana quedaban excluidos del sistema. Pero si alguien hizo tambalearse al sistema, ese fue precisamente el trabajador integrado en la organización fordista, al darse cuenta de que, bajo el aparente feliz modo de vida americano, se escondía una alineación del propio individuo, carente de cualificación y sin ninguna posibilidad de ascender en su puesto de trabajo ni desarrollarse en el ámbito profesional. La crisis y la caída del sistema fordista fue apoyada precisamente por sus propios trabajadores a través de un movimiento generalizado y contando con el respaldo de los sindicatos.
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Tráfico de influencias

   Todos queremos ser hijos de Chaves. El escándalo ha salpicado este año poco antes de las elecciones autonómicas de mayo al ex presidente de la Junta de Andalucía y actual Ministro de Política Territorial, Manuel Chaves. Entre las diferentes informaciones filtradas por el periódico El Mundo, destacan los titulares “Chaves presentó a su hijo a un inmobiliario que le contrató” o “El hijo de Chaves intermedió para empresas ante la Junta siendo su padre presidente”. A Iván Chaves se le acusa de cobrar comisiones por conseguir contratos de instituciones públicas utilizando sus influencias: presuntamente, la Junta de Andalucía habría asignado contratos por valor de 5,9 millones de euros a antiguos socios del hijo del político y la empresa a la que éste promocionó le habría pagado 28.900 euros por la elaboración de un informe titulado “Pasado, presente y futuro del aceite de oliva virgen del mundo”

   ¿Tráfico de influencias o conspiración y difamación pública en períodos preelectorales? Al margen de un hipotético sucio juego democrático, esta historia de la utilización de lo público con fines estrictamente personales nos recuerda otros nombres y otras caras. Parece que en España ser familiar de un político relevante concede una serie de privilegios imposibles para el resto de mortales. Los señores Bono y Aznar lo saben bien. También Alfonso Guerra, ex vicepresidente de Gobierno, de cuya carrera política se benefició sin duda su hermano Juan y de vendedor de enciclopedias y de cobrar un subsidio de paro pasó a trabajar en un despacho oficial de la Delegación de Gobierno, adquiriendo unos desmesurados ingresos y a la posesión de chalés y coches lujosos. El recorrido continúa con los hermanos Costa, Juan como Ministro de Ciencia y Tecnología y su hermano a la sombra, haciendo amistades importantes como la de Eduardo Zaplana, por aquel entonces Presidente de la Generalidad Valenciana y repitiendo en las listas electorales apoyado por Mariano Rajoy a pesar de su imputación en el caso Gürtel. La lista es muy larga, “de izquierdas a derechas”, sin importar el color político o la ideología de unos u otros. 

   Y en la actualidad hay otros muchos casos. Ana Botella, actual concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid quizá hizo méritos propios para ser toda una política a pesar de sus meteduras de pata o de su ácida filosofía cuando dice que “el paro asfixia más que la contaminación”. También nombramos aquí al primo hermano de Zapatero, José Miguel Vidal Zapatero, convertido en Consejero de la agencia pública de noticias EFE o hasta la mismísima hermana de Letizia Ortiz, Telma, designada a dedo como Subdirectora de Proyectos Internacionales y con un sueldo de 2.809 euros netos mensuales. 

   En este baile privilegiado para familiares de políticos y asimilados que es el tráfico de influencias prima la falta de toda ética, deseos particulares versus intereses públicos. Y si bien es cierto que en la actual polémica Chaves predomina la presunción de inocencia y el principio in dubio pro reo, los casos expuestos y los que no se da abasto a nombrar nos hablan de los beneficios del sistema político, toda una red de prebendas y prerrogativas a familiares de uno u otro partido, comisiones millonarias y chanchullos administrativos, códigos morales corruptos y un dinero público que va al bolsillo de esos otros privilegiados que viven a la sombra de una cara conocida. Para nosotros, el pueblo, lejos de enchufes y amiguismos, no nos queda otra que desarrollar nuestra profesión al margen del apellido.
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