Te doy mi más sentido pésame porque acaba de fallecer tu función. Te has quedado sin actor principal, sin el eterno enamorado, sin el ingenuo del show. No te costará mucho reponerte porque vives atrapada entre las garras de una irónica y pérfida ficción que ha embellecido tu piel pero ha devorado tus labios. Las mentiras seguirán siendo las reinas que te consentirán y darán vida a una nueva obra de teatro, con un apuesto y novato protagonista que se enamorará de una invención. También a él, como a mí, le tocará despertar del sueño y poner fin a un tan creíble como ridículo espectáculo.
El telón ha caído y con él la venda que me impedía verte tal como eres. Pongo fin a nuestra historia, a tu montaje. Sin posibilidad de retorno ni segundas partes. Sigue con tus dotes de actriz, sin careta pierdes toda tu magia. No quiero volver a verte, quédate ahí en el escenario. Conserva tu pose de actriz y tus gestos gloriosos en nuestro final. Cuando las luces se apaguen, mi amor y mi papel serán innecesarios en tu cómico drama. Se acabó la función, mi querida intérprete, se acabó la función.
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