Echo de menos tu risa transparente y sincera, tu mano debajo de mi falda, tu poesía y tus manías, nuestras discusiones, el eco de un portazo, las reconciliaciones, las escapadas, las cenas románticas, tus chistes malos, el desorden de tu armario. Si no vuelves pronto, voy a enloquecer. Tacho los días del calendario, arranco sus horas, me bebo sus minutos. El tiempo no es mi aliado, no me tiende la mano, se desliza muy lentamente entre las muecas del pasado, se burla de mis cenas solitarias, de mi ausente mirada, de mi cara incompleta en el espejo. Pronto es muy tarde para mí. Ya deberías estar aquí. Vuelve, que tengo ganas de reírme del reloj y de sus segundos. Te echo de menos en las mañanas lluviosas y en las tardes de este otoño que se niega a marcharse. Echo de menos todo de ti.
ESTHER DE LÓZAR CUEVAS
Dedico este pequeño espacio de intelectualidad a mi gente, que me regaló unas alas inmensas; a la vida, que me enseñó a emprender el vuelo sin estrategias ni maquillaje; a la educación, que me hizo libre. Esta mariposa de altos vuelos recupera su pluma... y escribe. ¡Bienvenidos a mi blog!
"La pluma es más poderosa que la espada y escribir con ella es considerablemente más fácil" (Feldman)
"Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito" (Shakespeare)
"El alma tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene" (Victor Hugo)
"La peor lucha es la que no se hace" (Karl Marx)
"Lo que con más trabajo se adquiere, más se ama" (Aristóteles)
Te echo de menos
Te echo de menos en las madrugadas y en las noches de tormenta. La soledad se cuela por debajo de las sábanas haciendo más fría y pesada mi espera. Todo me recuerda a ti. Nuestro sofá, tus zapatillas, las tortitas del desayuno, tu libro en la mesilla, el olor a café recién hecho, una pareja comiéndose a besos. Sé que queda menos y que el tiempo pasa rápido pero el reloj de la cocina lleva medio siglo parado, anclado en tu recuerdo y en tus dulces palabras. Me falta mi mitad, mi fuerza, mi complemento. No ha sido fácil vivir este tiempo sin ti, me ahogaba en la arena de tu voz, me enterraba en el mar de nuestros gestos.
Echo de menos tu risa transparente y sincera, tu mano debajo de mi falda, tu poesía y tus manías, nuestras discusiones, el eco de un portazo, las reconciliaciones, las escapadas, las cenas románticas, tus chistes malos, el desorden de tu armario. Si no vuelves pronto, voy a enloquecer. Tacho los días del calendario, arranco sus horas, me bebo sus minutos. El tiempo no es mi aliado, no me tiende la mano, se desliza muy lentamente entre las muecas del pasado, se burla de mis cenas solitarias, de mi ausente mirada, de mi cara incompleta en el espejo. Pronto es muy tarde para mí. Ya deberías estar aquí. Vuelve, que tengo ganas de reírme del reloj y de sus segundos. Te echo de menos en las mañanas lluviosas y en las tardes de este otoño que se niega a marcharse. Echo de menos todo de ti.
Echo de menos tu risa transparente y sincera, tu mano debajo de mi falda, tu poesía y tus manías, nuestras discusiones, el eco de un portazo, las reconciliaciones, las escapadas, las cenas románticas, tus chistes malos, el desorden de tu armario. Si no vuelves pronto, voy a enloquecer. Tacho los días del calendario, arranco sus horas, me bebo sus minutos. El tiempo no es mi aliado, no me tiende la mano, se desliza muy lentamente entre las muecas del pasado, se burla de mis cenas solitarias, de mi ausente mirada, de mi cara incompleta en el espejo. Pronto es muy tarde para mí. Ya deberías estar aquí. Vuelve, que tengo ganas de reírme del reloj y de sus segundos. Te echo de menos en las mañanas lluviosas y en las tardes de este otoño que se niega a marcharse. Echo de menos todo de ti.
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